Algo marinero para "acompañar" a Miren, de Telaria en su nueva aventura maratoniana. A las futuras colaboradoras les propuso como tema: "look marinero", y aunque no participaré como tal, la indumentaria marinera siempre me ha apasionado, así que me dediqué a rebuscar entre mis fotos familiares.
De niñas, mi hermana y yo tuvimos diversos conjuntos marineros a lo largo de los años: faldas plisadas azul marino o blancas, casacas o vestidos con esclavina a contraste, blusas rayadas con su timón y su ancla bordados... Vamos, que el "look navy" ('avant la lettre'), ha sido uno de los clásicos indiscutibles en el vestuario de mi generación. También lo fue en la de mi madre y en la de mi hija: en una ojeada rápida a algunas fotos, he encontrado al menos cinco modelos marineros distintos. Pero ahora, efectivamente, se hace raro ver pequeña/os "grumetes" paseando de la mano de sus padres.
Aquí podéis ver tres generaciones de marineras varadas: una servidora en el centro; a la izquierda mi madre, guapísima; y a la derecha mi hija. |
A lo que vamos, el caso es que tenía una tela de rayas de un punto maravilloso de Lillestoff, y una mañana me desperté con el modelo marinero en la cabeza: éste.
Cuando lo hube dibujado para que no se me fuera volando, caí en la cuenta de que era un Cabarita de Cake Patterns. Había pasado por delante de él ochenta veces pero nunca me paré a mirarlo siquiera... (¡maravillas de la mente!, se me había quedado archivada sin enterarme...). El patrón me pareció muy sencillo, así que yo misma me lo dibujé, y lo cosí relativamente rápido.
Lo que más tiempo me llevó fue asimilar la frustración del corte de la espalda. En mi versión las rayas no casan en "uve" como era la intención, sino que van todas en el mismo sentido. Sencillamente: lo corté mal. Sentido espacial: cero.
Pero mis dificultades con las rayas no quedaron ahí, tampoco fui capaz de casarlas en la costura central: aseguro que me apliqué, pero cuando daba la vuelta a la tela, las rayas perfectamente alineadas por el revés, se desalineaban por el derecho (creo seriamente en una confabulación de los duendes...). Así que la única opción que me quedó fue montar las piezas y coserlas superpuestas.
Y oye..., a pesar del disgusto, al final hasta estoy contenta con el resultado.
Y aquí cuán marinera con su barco varado en tierra.
Esta temática "marinera" tiene para mí amplio recorrido, así que en algún otro momento la retomaré. Queda pendiente, pues.
Y ahora que ya tengo los piés en la tierra, me iré a dar una vuelta por RUMS España, a ver qué tenemos hoy.
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