Se dice de aquel asunto sobre el que hay
materia abundante que tratar.
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Cuando las costureras hablamos de “tela” está claro a qué hacemos referencia: a esos alijos de tejido que atesoramos y que poco a poco van llenando todos los rincones vacíos que encuentran en nuestra casa. Pero llevado al lenguaje corriente, muchos son los proverbios o dichos que utilizan la “tela” para significar importancia en cuanto a cantidad o calidad de algo.
Si decimos
que algo es tela marinera, seguramente queremos destacar la dificultad para
abordar el asunto, o su desmesurada cantidad en cuanto a tamaño o abundancia… Y si se refiere a una persona: “Fulanita es
tela marinera”, enseguida pensamos que es persona excesivamente complicada, o de
mucho carácter, o puede que bellísima. Es decir, mucho de lo que sea...
Pero si en este asunto hay mucha tela que cortar, ya nos alertamos ante lo complejo o
espinoso del caso: seguro que nos vamos a encontrar sorpresas.
O, ¡vaya
tela!, interjección empleada para mostrar asombro, extrañeza o sorpresa que
podría ser equivalente a expresiones como ¡caramba! o ¡caray!, pero
generalmente con un tinte de cierta preocupación o disgusto ante lo que
acabamos de ver u oir.
Y de dónde
sale tanta “tela”?.
Por lo que tengo
leído, y desde luego sin ningún rigor histórico, parece que se trata de una
expresión antigua que nada tiene que ver con la costura, sino que hace
referencia a la tela empleada en el velamen de los barcos, a la abundante
cantidad de trapo utilizada en los mismos.
Y no pienso
seguir… ..porque no se dónde terminaríamos si seguimos hablando de telas..., Además, ya está bien de escribir, ahora tengo que ponerme a coser... ya sabéis, a todo trapo...
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NOTA: Gracias de nuevo a Alicia Lamelas, del blog: Una modistilla de pacotilla por sus propuestas refraneras, entre las que se incluye ésta.
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NOTA: Gracias de nuevo a Alicia Lamelas, del blog: Una modistilla de pacotilla por sus propuestas refraneras, entre las que se incluye ésta.
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