Cuando era niña encontraba en el cambio de año algo mágico, como si verdaderamente se cerrara un círculo y se abriera otro: un año acababa y comenzaba otro, todo era nuevo.
Miraba con emoción el nuevo dígito del calendario como un auténtico reto: sería mejor niña -lo que pasaba fundamentalmente por obedecer a mis padres y estudiar más-; haría más cosas, o sea, aprovecharía más el tiempo y holgazanería menos -algo muy apreciado en mi casa-; estrenaría mi impecable caja de pinturas Alpino -¡de 24 colores!- que casi siempre encontraba entre los regalos que me dejaban los Reyes Magos; podría jugar con mis hermanos a los nuevos juegos de mesa que se habían incorporado al conjunto familiar, mientras nos prometíamos no enfadarnos más...
No recuerdo en qué momento empecé a considerar las cosas de otro modo y me dí cuenta de que ese círculo del tiempo sólo se cerraba en el calendario que cada nuevo año iban colgando de la pared. Pero en la vida real las cosas no funcionaban así, en realidad la vida cambiaba poco a partir del 2 de enero. Yo volvía a desobedecer cuando llegaba el caso, las pinturas se iban desgastando poco a poco, el nuevo juego perdía frescura y como siempre ocurría volvíamos al viejo parchís, y mis hermanos y yo seguíamos enfadándonos.
Creo que un día entendí que los círculos no eran tales, sino una suerte de línea en espiral que nunca se cerraba. Ese día en que perdí algo de candidez y adquirí un punto de excepticismo...
Más adelante incluso comprendí que si quería cambiar en vez de mirar al calendario debería mirarme a mí misma, y que cualquier día es bueno si uno está dispuesto a mejorar en algo.
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Bueno pues mirando a 2017 desde el punto de vista costuril, primero me he sorprendido de cuánto he cosido, o sea, que siguiendo el principio familiar, he holgazaneado poco.😊.
Otra cosa es que todo ello haya sido oportuno. Veámos:
Primera consideración: El hombre es el único animal que tropieza dos -y más- veces en la misma piedra
Haciendo recuento veo que me he cosido varias chaquetas: Dos de ellas algo más abrigadas:
Simplicity 1281 y
Sydney Jacket, que responden bien al periodo invernal corto y suave de esta zona; la primera más informal, y la segunda un poco menos, pero aún así bastante polivalente.
Luego me hice otras dos para entretiempo:
Madawam y
Longley cardi, de ésta última hablaré en una próxima entrada.
Como véis ambas son de características muy similares: solapa prolongada hasta el bajo y sin elemento de cierre. (Viendo las fotos he caído en la cuenta de que esta forma debe de gustarme mucho, y ello a pesar de la incomodidad que me produce la falta de cierre, que he solucionado al menos en una de ellas.)
Me he "jartáo" a reir cuando he visto también que aunque una la hice en primavera y la otra en otoño, en ambas tengo exactamente la misma pose, las fotos están hechas en el mismo sitio y llevo debajo la misma ropa... -pese a lo que pueda parecer, estoy en condiciones de asegurar que a lo largo de todos esos meses me he cambiado de ropa varias veces- 😁.
Y ahí va otra más veraniega:
Kimono Vogue 1493. ¿Qué os decía?. Me tuve que agenciar un imperdible "de diseño" que me recomendó nuestra querida Dácil para que los delanteros no se me abrieran al andar...
Segunda consideración: Mira que lo sé, pero siguen faltándome camisetas básicas lisas.
Camisetas me he cosido varias:
Invernal de cuello abrigadito, la sudadera
Hide Away de la Revista Ottobre
y la
Vogue 8962. Todas ellas me encantan pero poco básicas, y sobre todo las dos últimas con la consiguiente dificultad a la hora de combinar con chaqueta o similar debido a su largura.
Sólo dos básicas en todo el año -ya me vale-, ambas de la misma viscosa, divina ella: la
primera, de manga semi larga; y la segunda, para el verano, de manga caída. Estas han sido las auténticas estrellas, porque me las he puesto mucho, las he combinado casi con todo y ambas las cosí en un pis-pás con un patrón base que tenía.
Tercera consideración: O más bien agradecimiento
A Nekane, por su blusa MIMI, cuya entrada empecé y nunca acabé, pero cuya prenda cosí y me puse, y me puse, y me volví a poner... De patrón fácil, costura sencillísima y cómoda donde las haya. Gracias por tu generosidad, amiga¡¡
Cuarta consideración: Coser a mis nietas es lo más agradecido del mundo
Les he cosido chaquetas, camisetas, vestidos de verano e invierno, pantalones largos y cortos..., unas cosas las blogueé y otras no, porque no siempre había fotos ni tiempo. Pero es un disfrute: les gustan los modelos, las telas, los bolsillos, las "pijaditas" extras.
Aquí sólo alguna muestra:
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Collection privée. Filles & Garçons |
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Sail boat, de Oliver & S |
Estos dos últimos, son patrones de la Revista Ottobre 3/2017 ¡fantástica!. El primero es el modelo
Lilly of the Valley, y el segundo el modelo
Mermaids.
Proyectos costureros para el año que empieza?: Sí, muchos, pero no siempre los cumplo porque en medio se me van colando cosas, ya os he dicho alguna vez que en esto de la costura no soy ni metódica ni ordenada ni siquiera racional, más bien todo lo contrario: emocional, compulsiva y caótica.
Qué tal vosotros? Soléis haceros buenos propósitos al empezar el año?, y además los cumplís?, o sois tirando a escépticos, como yo?