27 ene 2015

PALABRAS CON IMAGEN: "Embolicar la troca"

Imagen: Lara (Hormiga Verde)



Embolicar la troca
en castellano se traduce literalmente por liar o enredar la madeja.

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Todos conocemos al llamémosle “homo embolicus” ese especímen que sobrevive enredando todas las cosas, enfrentando a sus semejantes entre sí, maquinando afanadamente cómo manejar  la información, …o la no-información.

Si uno tuviera siempre la cordura suficiente, huiríamos de él como de la peste, porque escrito está que siempre nos salpicará algo y siempre negativamente; aunque nuestra intervención haya sido mínima, incluso nula; aunque ni hayamos asentido ni disentido; aunque en vez de sonrisa cómplice no nos haya arrancado más que una mueca de impasibilidad. Es igual, siempre acabará “embolicando la troca” en su propio beneficio, y a nosotros nos cogerá en medio.


Este ejemplar se mueve con comodidad en el embrollo, en la confusión, en el “totum revolutum”; pueden alcanzar cierto virtuosismo argumentativo, aunque siempre dirigido a torcer y retorcer los hechos, las interpretaciones y las conclusiones, de modo que la madeja cada vez resulte más difícil de desenredar. Su habilidad no está precisamente en cerrar temas: así, con todos ellos en contienda, campa a sus anchas, del uno al otro y del otro al uno.

Naturalmente, existen gradaciones: los hay más burdos, que no se cortan un pelo en utilizarnos como excusa si les viene bien para los fines que persiguen; o si les apaña, en plena reunión de amigos, ponen directamente en nuestros labios aquello que en nuestro sano juicio nunca le hubiéramos confiado; vamos, que lo más probable es que ni siquiera lo hayamos pensado.


Pero también encontramos la versión más refinada: aquellos especializados en crear escenarios de ambiguedad o indefinición; no hará afirmaciones que después puedan resultarle comprometidas, pero sin embargo dejará siempre en el aire la duda, la sospecha, a ver qué saca: “Ahh, he oído por ahí que fulano está atravesando por graves problemas económicos y que, además, su mujer le ha dejado…, pero seguramente será un rumor, verdad?”.

¡¡Ey… cuidadito…!!.   Si en ese punto contestas, ¡te has caído con todo el equipo!.



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Nota: Gracias Alicia Lamelas, del blog: Una modistilla de pacotilla por la aportación de este dicho en lengua catalana.







22 ene 2015

Un poncho tirando a "Balicam". RUMS España #4/15

Desde siempre me han encantado los ponchos, en cualquiera de sus múltiples versiones: largos, cortos, abiertos, cerrados, redondos, cuadrados, de pico... De hecho, a lo largo de mi vida he tenido varios. Me resulta una prenda absolutamente sencilla y cómoda, de las que siempre puedes tener colgada junto a la puerta de casa...


Quien iba a decir que estas “mantas de salir a la calle”, de origen amerindio, iban a popularizarse tanto. Últimamente parece que vuelven con fuerza; firmas importantes como Burberry incluso las personaliza: tú eliges el tejido y ellos te la hacen con tus propias iniciales en menos que canta un gallo. Eso sí, te cobran un ojo de la cara.


Así que cuando La Lío propuso el Cose Conmigo de su Balicam, rebusqué entre mis telas alguna que resultara conveniente. Enseguida lo tuve claro: un tejido cuyo derecho y revés sólo se diferencian en el tono, pero su dibujo queda perfecto por ambos lados (y este es un elemento interesante, porque en un poncho se suele ver mucho la parte interna).


No obstante, me pareció que el poncho rectangular era más cómodo para mí, así que cambié su forma geométrica. Aunque sin ninguna duda mantuve el estupendo cuello del Balicam. Creo que ninguno de mis ponchos ha tenido un cuello tan bonito.

Lo combiné con un canalé gris muy suave, al que coloqué una entretela finita en una de las caras delanteras para darle un poco de cuerpo, porque veía que el cuello no se mantenía; creo que así ha quedado mejor. En la parte de atrás utilicé a contrahílo la tela principal.






Evité los flecos, y otros remates colgantes, preferí una cinta tejida que le va bastante bien.

A la hora de cerrar los laterales, generalmente suele ponerse un botón o similar a la altura de la cintura en cada uno de los costados. Yo opté por cerrar los lados sólo en la parte inferior: esto me permite una gran holgura y total libertad de movimientos, quedando recogido por la parte de abajo. Así fue también el primero que tuve, de origen andino, y el que más me ha gustado de todos los que he llevado.




Cuántos tipos de ponchos conoces?


La verdad es que es una prenda de ejecución muy fácil: un poncho rectangular sólo necesita dos medidas: el largo que le quieras poner, y el ancho cuyo máximo será la medida entre una mano y la otra abriendo los brazos en cruz.

Pero introduciendo algunas variantes geométricas puedes tener diversas posibilidades: de forma triangular, rectangular alargado, de esquinas redondeadas, totalmente redondo... Y en cuanto a su confección, puedes pasar desde un tejido que te dejas caer por encima con un simple "tajo" para sacar la cabeza, a una mayor sofisticación jugando con rayas o cuadros, o quizá poniendo un ampuloso cuello, o tal vez un vistoso remate.

Ahí dejo algunos esquemas que he ido rebuscando, por si alguien está interesado:









Y con poncho o sin poncho yo no me pierdo el RUMS España de esta semana.




8 ene 2015

Cinema dress, de Liesl+Co patterns. RUMS España #2/15

Cuando estas Navidades nos visitó Flat S, me trajo como regalo un patrón, pero no un patrón cualquiera, me regaló un auténtico vestido de cine: Cinema dress, de Liesl + Co. patterns. Es la versión adulta del modelo Hide and seek, de Oliver + S que he cosido para las niñas en un par de ocasiones y que, sencillamente, me encanta.


Cuando vi este vestido en su web me quedé encandilada, era precioso, cómo me gustan esos cortes laterales a todo lo largo del vestido..., pero me resistí a coserme vuelos: hace años que deseché de mi armario los frunces –ya imaginaréis por qué…-.

Sin embargo, cuando Flat S me susurró al oído decidí probarlo y, cuán si se tratara de una dieta milagro, tuve la sensación de que mis medidas se reducían. Ajustado en el talle y más suelto en la falda, pero con cada pliegue en el sitio preciso. Confortable, bonito y cómodo de coser.
                                 






                                               
Y ¡cosa insólita! no he tenido necesidad de hacer ni un solo retoque al patrón: he utilizado la talla 12, tal cual. No obstante, Liesl incluye un pormenorizado tutorial para las modificaciones del busto, en caso de ser necesario hacerlas.

                                         

En esta primera versión decidí utilizar una tela un tanto sobria, de peso medio, un Cambray Union, comprado en Telaria, ideal para el entretiempo de primavera y otoño. Pero no descarto otros tejidos y colores más atrevidos porque os aseguro que el modelo lo admite perfectamente.

Hice costuras de carga con un hilo en tono rosa que le da un brillo satinado muy agradable.




Y con este vestido inauguro mis aportaciones a RUMS España para este nuevo año.