El vestido que os voy a enseñar, iba para camisero, con un patrón que me gustó (Moda de Pasarela): recto, abierto hasta la cintura y con un pliegue en el centro que le daba volumen, y manga caída. Me preocupaba porque nunca había hecho un cuello camisero con solapa, pero como temeraria soy un rato, me lancé a él.
Me salió un cuello y solapa bastante digno, creo yo, y además a la primera ¡bien!. Lo peor fue cuando empecé a construir la parte inferior: no me veía ahí dentro, me sentía como si llevara un hábito, ¡fatal!.
Así busqué otra inspiración, y me fui al modelo 135 del Burda de Julio 2012, con un aire años 50 que me enganchó a primera vista. Además tenía unos elementos que yo nunca había visto y que me parecían muy curiosos: salvo las pinzas del pecho, el resto se cosen desde el derecho, a modo de pliegue, tanto en la parte superior del vestido como en la falda: la forma lápiz se la dan estos pliegues, las costuras laterales van rectas.
Cuando ya estaba prácticamente en las últimas pruebas, me dí cuenta de que esos pliegues inferiores eran de lo más incómodo para andar. No estoy segura de si se trataba de un problema estructural del patrón, o simplemente que no lo desarrollé bien o no supe ajustarlo correctamente. El caso es que aparte de la atractiva foto de la pareja marinera, me hace sospechar un tanto, el hecho de no haber visto ese vestido cosido en la blogosfera, al menos en lo que yo conozco. Pero yo todavía estoy aprendiendo a ver más allá de la foto de la modelo.
Mantuve los pliegues desde el escote al pecho, pero el resto lo resolví con pinzas delante y detrás, y dando la forma a la falda en las costuras laterales, ¡vamos, como toda la vida de Dios!.
El suplemento de piqué azul en el escote remedia un escote excesivo que parece gustarle a Burda, por el que a poco que te descuides enseñas el número de zapato. Y para que el triángulo azul no quedara tan perdido, le añadí las dos tapetas en la costura de la cintura.
Va abierto detrás con una cremallera invisible, como véis, y lleva también abertura detrás para que tenga holgura al andar.
El resultado de esta metamorfosis me gusta: Más bien recogido en el talle, pero sin apreturas, y con un poco de forma de lápiz en la falda. He descubierto que el corte de la cintura es un buen recurso para mí, así es que aprovecharé este mix para otras ocasiones…
El tejido, además de tener un estampado muy vistoso, es de un piqué de algodón agradabilísimo de llevar, no da calor, tiene muy buen lavado y una estupenda plancha.
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Y ahora, si os parece, nos damos una vuelta por
RUMS España, a ver que nos depara este jueves.