Sí, ya se que no existe el elixir de la eterna juventud, pero os aseguro que esto es lo más parecido.
Hace varios años que casi todas las firmas cosméticas fueron incorporando alguna línea de productos a base de alóe vera: gel, champú, crema facial, crema de manos, corporal; por no hablar de productos de droguería: jabón para la ropa, suavizante, jabón para lavar la vajilla, etc.
Si entras en internet, te costará trabajo encontrar algo relativo al alóe vera que no corresponda a alguna marca que comercialice sus productos.
Casi todos incluyen una proporción de alóe vera, algunos hasta el 100%, según dicen, aunque yo suelo ser bastante escéptica en esto de las proporciones que indican las marcas.
Pues bien, desde hace siete u ocho años vengo "fabricándome" mi propia crema de alóe vera, esta sí, cien por cien natural, extraída de la propia planta. Y desde entonces la cosmética ya no entra en mi casa: se acabaron las cremas antiarrugas, hidratantes, nutritivas, los sérum para el contorno de ojos, las cremas labiales, de manos...
Con un unico frasco guardado en mi frigorífrico soluciono todas estas cuestiones, y con total garantía.
Casi todos conoceréis las múltiples propiedades de esta planta -no voy a entrar en ello- pero os incorporo algunos enlaces
aquí o aquí.
Mi acercamiento a la planta se produjo con motivo de unas quemaduras en el dorso de la mano con aceite bien caliente, y como no tenía nada que perder probé el invento: rebusqué en internet y quise comprobar los efectos milagrosos que le atribuían. Y puedo decir que al cabo de un mes en mi mano no quedaba rastro de la piel quemada, nada de nada. Ello aparte de que actuó como calmante del dolor en los primeros días después de la quemadura.
Desde entonces me "convertí" al alóe vera, y como conversa agradecida, no me importa compartir los efectos mágicos de esta planta.
La uso como crema facial por la mañana y por la noche, y me doy en las manos y en los labios (antes sufría con cierta frecuencia de herpes labiales). Y además de dejarte una piel estupenda no deja nada de grasa, te puedes maquillar de inmediato, no te hace sudar en verano. En fin, un milagro, si no fuera porque, como digo, soy de natural escéptico.
Bueno, por si alguna de vosotras todavía no la conoce, y está dispuesta a asomarse al precipicio del AHORRO, y se lanza a probar, os indico la forma de elaborarla en casa, en 8 sencillos pasos, teniendo en cuenta que el procedimiento explicado minuciosamente puede parecer mas laborioso de lo que realmente es.
1. Una vez cortada la hoja de la planta, con el cuchillo quitarle los extremos laterales que contienen las púas. Se hace un corte longitudinal (ver foto 2)
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Aquí ya se han cortado los pinchos |
2. Se corta la hoja por la mitad a lo largo
3.
de manera que nos quede abierta en dos láminas
4. Con el cuchillo se extrae toda la pulpa, que puede ser más o menos densa según el tamaño de la hoja
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Pulpa de la hoja |
5. Se echa en un bol o vaso para batir. Yo le añado unas cinco o seis gotas de algún aceite: puede ser de calénduda o jojoba o almendra dulce, del que tengamos en casa, de manera que contrarreste un poco la astringencia de la planta (tiende a resecar).
6. También le añado una cucharadita, de tamaño de las de moca, de alguna crema, que actúe como conservante y evite su oxidación. Yo utilizo una de alóe, cuyo tarro es bastante grande y además no es cara.
7. Se bate hasta que queda convertido en una especie de gel
8. Como emulsiona queda un poco espumoso, pero ya está listo. Se deja bajar la espuma y se echa en un frasco. Luego se mantiene siempre en el frigorífico
El resultado final puede quedar más o menos líquido en función del espesor de gel que tenga la hoja.
La cantidad a utilizar en cada aplicación puede equivaler al tamaño de un garbanzo pequeño aproximadamente; ya iréis viendo a medida que lo utilicéis: es muy untuoso y con poco hay suficiente.
A tener en cuenta que debe de aplicarse siempre con las manos muy limpias, y es preferible utilizar un dosificador que un tarro -se trata de evitar meter la mano-.
Puedes utilizarla también ante cualquier quemadura, picadura, rozadura, etc. alivia el dolor, desinfecta y ayuda a cicatrizar más rápidamente.
La planta se puede comprar, es barata, unos 5 ó 6 euros una de tamaño suficiente. Aunque las realmente potentes son esas medio silvestres, que están plantadas en el suelo y que crecen y se reproducen con una facilidad de pasmo, y cuya hoja es gruesa y larga, éstas aportan una lamina de gel mayor y más densa.
(Yo me abastezco de un par de amigas que tienen sus casas de campo custodiadas por el bendito alóe).
Pues esto es todo, amigas. Por si alguna tenéis cualquier duda sobre lo escrito, estoy a vuestra disposición.