La petición era contundente: “abuela quiero un vestido con mariposas moradas, verdes, amarillas, de muchos colores y además con purpurina” (en esos tiempos la purpurina era un elemento siempre presente en sus preferencias).
Dónde encuentro yo ese vestido, salvo que me asista un milagro!!. Y qué queréis que os diga, tengo para mí que a veces los milagros existen, no hay más que darse una vuelta por un mercadillo de barrio... Buscando algo parecido a lo que me pedía, encontré esto:
Dónde encuentro yo ese vestido, salvo que me asista un milagro!!. Y qué queréis que os diga, tengo para mí que a veces los milagros existen, no hay más que darse una vuelta por un mercadillo de barrio... Buscando algo parecido a lo que me pedía, encontré esto:
Justo lo que necesitaba, no me digáis: era una camiseta, es verdad, y de tres tallas más grande, ya; pero tenía mariposas de colores y purpurina, así que el resto tenía fácil soluciónl: pasaría a convertirse en vestido en tres sencillos pasos: volante, bolsillo y aplique.
Esta entrada nunca se hubiera publicado de no haber sido porque, más o menos tres años después, o sea hace unas cuantas semanas, todavía me ha llegado una foto reciente donde seguía apareciendo el susodicho vestido, eso sí, ahora en "modo camiseta" claro. O sea sé, que las mariposas del mercadillo habían hecho un ciclo completo, cuán si de una verdadera metamorfosis se tratara...
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Se trata de un zoom sobre la foto, así que perdonar la calidad de la imagen. |
Como en cualquier familia que se precie, la criatura ha ido cediendo -"regalando" dice ella- a su hermana pequeña buena parte de su ropa, y mucha otra ya ha tenido que ir saliendo de la casa por razones obvias, pero las-mariposas-con-purpurina NOooo.
En fin, que se me caen las lágrimas, no se bien si de la misma emoción, o de la pena que me da que ya no se encuentren tejidos tan duraderos...
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